martes, 19 de junio de 2007

¿PUEDO SENTIRME BIEN PESE A TODO?

Me levanto cada mañana por el lado izquierdo de mi cama. ¿Es una cábala? ¿Es más fácil? ¿Más cómodo?
De ningún modo.
Hace tres años, en un momento tranquilo y en el que yo consideraba uno de los más felices de mi vida, fuí víctima de un ACV, del cual aún conservo las secuelas de una hemiplejía que afecta mi motricidad izquierda, y en este tiempo he pasado paulatinamente y con mucho esfuerzo y trabajo, de la cama al sillón de ruedas y de allí a manejarme con autonomía y probando cada día la posibilidad de un nuevo movimiento que me permita desenvolverme mejor.
Considero que aún me esperan grandes momentos en esta vida.
Hace un par de años atrás y luego de mi ACV, de pronto me encontré sin un peso para la rehabilitación, sin ingresos, sin pareja y con un cúmulo de deudas.
Pensé que la vida se había terminado para mí.
Como mudos testigos de ese momento guardo una bala calibre 45 y un cartucho del 14, ambos percutados y no servidos por obra del azar.
Pero uno se rearma de entre sus miserias y aprende a nutrirse de pequeñas cosas y de grandes esfuerzos y a ponerse todos los días un milímetro por delante en su camino y sintiendo que así sigue andando.
Tengo 46 años, un hijo de 21, una vida por delante y me sigo levantando cada día por el lado más incómodo de la cama, porque eso también me ayuda a sentirme vivo y a no renunciar.
He escrito esto a pedido de un amigo y esperando sea de utilidad para alguien con problemas. Por lo pronto a mí me ha servido poderlo escribir...

Testimonio de Jorge, el "bancario"
Ilustración que acompaña al testimonio:
"Espejo" de Sebastián Mercau

No hay comentarios: