viernes, 30 de septiembre de 2011

PELIGRO: RENGOS SUELTOS


“Los rengos también tienen derechos de disfrutar del aire primaveral”, (dicho este manifiesto, procedo a continuar la nota), salimos de “pin- nic” con el primer sol de septiembre, cojeando nuestras humanidades, pero humanidad, al fin, a respirar aire puro al contacto con la naturaleza,… yo me lleve dos paquetes de cigarrillos, por los dudas, no me hiciera mal tanta naturaleza todo junta.

Encabezando el grupo, Jorge (con sus bolsas de plástico en donde se asomaban los picos de las botellas de tres cuartos) Alberto que nos esperaba “paciente” en el asador, como adorando el costillar, Hortensia (ahora “Grace”, le cambiaron la razón social esa mañana) Marita (detrás de unos lentes enormes para sol) Yeni (que no se volvió a sus pagos por quedarse a participar del evento) y el que subscribe.

Estas 3 inadaptadas a mundo “normal” 3, o al formal (depende como se lo mire), deduzco que, también para ellas fue una aventura, el hecho de salir del vaho del “liysoform”, sanitizante de la Institución sanitaria, poder romper la rutina…aunque sea un poco.

La “armada Branca Leone”, propiamente dicha.

Bien, … falto bailar salsa y para la “carrera de embolsados” no hubo mucho quórum, pero apreciamos la luz, las flores, plantas, los arboles, pudimos distinguir el canto de los pájaros , el murmullo de viento entre las ramas…entre el sonido de las cortadoras de césped, el partido de futbol de la radio de un vecino, hasta incluso un “recital” en vivo alambrado de por medio , de un solo de batería de otro vecino, todo al unisonó, la radio , la batería y la cortadora, experiencia “desbordable”, si las hay.

Juro, que no tomamos todo el vino, no abrí el segundo paquete de puchos, lo cual es mucho decir, y el receso a las 18, fue con “toda normalidad “(si es que este termino sirve para hablar de rengos), atornillados en un 147, con el color de un pic-nic, con el olor a asado en las ropas, y mediamente felices, con la sana satisfacción de haber compartido el día con amigas/os que uno quiere (aunque, no allá elegido) y que lo quieren a uno, discapacitado o no.

Menuda enseñanza. …tal vez por eso se las cuento.


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